No me gusta el ambiente de las empresas grandes. Tienen mucho dinero. Tanto dinero que se lo pueden gastar en la seguridad, tanto de datos como del establecimiento. Están obsesionados con este tema. Cada vez que entraba tenía que pasar por un control de seguridad para que metiesen mis datos en el ordenador. Muchas veces mi contacto en la empresa tenía que ir al puesto de control para, bajo su responsabilidad, permitirme el acceso. Ir al lugar donde tenía que realizar mi trabajo suponía perder bastante tiempo.
El centro de datos además era un lugar de acceso restringido. El día anterior a empezar mi jornada laboral tenía que mandar por correo electrónico copia de mi DNI. Uno de los técnicos del centro de datos tenía que autorizar mi presencia. En la puerta del centro había un interfono para comunicarse con seguridad. Ahí, al tener problemas a la hora de pronunciar mi nombre, tardaba casi diez minutos en entrar. Menos mal que hacia la tercera vez que salía a fumar al pasillo, ya me reconocían.
Una cosa que encontré muy irritante de esta empresa es que las comunicaciones por Internet estaban controladas. Todo acceso a Internet pasaba por un servidor proxy contra el cual era necesario autenticarse. El proxy actuaba de intermediario cuando los empleados navegaban. Así podían evitar que perdiesen tiempo en asuntos personales durante las horas de trabajo. El problema es que para todos los empleados, incluido mi contacto, controlan todos los accesos a Internet a través del servidor proxy.
Mi contacto ha tenido problemas con seguridad ya que en varias ocasiones yo he tenido tantas conexiones abiertas a través que le han llamado la atención. El que seguridad controle tanto el uso de Internet de todos los empleados ha tenido consecuencias negativas sobre mi posibilidad de ser productivo. Ha habido jornadas donde para evitar problemas con seguridad se me ha prohibido el acceso a Internet. Yo necesito Internet cuando estoy haciendo cosas que no controlo. No tenerlo es perder el tiempo.
Las oficinas centrales están en una zona industrial a unos veinte minutos andando de una estación de metro. El primer día que fui me perdí. Sabía que tenía que ir al sur desde la estación de metro. Yo salgo totalmente desorientado de los metros, y esa era la primera vez que iba. Me orienté por el sol. Me dije: como el sol sale por el oeste, el sur está hacia ahí. Ni corto ni perezoso andé con pasos decididos al norte. Llegue con 90 minutos de retraso.
El mayor problema que he visto a la hora de colaborar con una empresa grande es que tienen presupuesto para implementar una política de seguridad. Una cosa muy buena es que todos los días se salía a la hora justa. Pude disfrutar de todas mis tardes al llegar temprano a casa. Además como únicamente estaba colaborando con la empresa, podía entrar más tarde que el resto del personal.
Andreso