No estoy nada de acuerdo con que se permita a los familiares pasar la noche al lado de su enfermo.  Supone demasiada interferencia en su vida.  Mi novia no fue a trabajar ni uno de los días en los cuales su padre estuvo en el hospital.  Sus vida estuvo limitada a estar al lado de su padre y a recuperarse de haber pasado la noche en una butaca incómoda.  Eso no es vida. 

Los horarios de visita por parte de los familiares deberían ser bastante limitados.  Es necesario proteger a las familias.  Si la familia es grande, los familiares se podrían turnar.   La estancia en el hospital no sería excesivamente disruptiva para nadie.  El problema es que hay muchas familias pequeñas.  Hay gente que si les permiten hacer guardia al lado de su ser querido, no se apartan de su lado.  Demasiado tiempo de guardia acaba siendo perjudicial para el bienestar de los familiares.  Además muchos pacientes pierden facultades mentales, o están en dolor, lo que hace acompañarlos mucho menos soportable.  Hay gente que pasa meses en el hospital.  Meses de ver un ser querido incómodo, sufriendo, puede con el más fuerte.  Un gran sentimiento de impotencia.  Nada que se haga mejora la calidad de vida del enfermo.  Desesperante.  Los acompañantes están impotentes.

Para el establecimiento médico es muy cómodo tener un familiar de guardia las 24 horas del día.  No se tienen que preocupar de dar de comer a los que no se valen por si mismos.  Tienen una enfermera que les sale gratis.  No se tienen que esmerar en seguir el estado del enfermo.  El ahorro para los hospitales no compensa lo quemados que acaban los familiares después de sus guardias interminables.  Por ahorrarse cuatro duros.  La calidad de vida de los familiares que se obligan a si mismos a estar siempre de guardia, mejoraría inmensamente si estuviese prohibido pasar tantas horas al pie del cañón.  Es necesario velar por el bien de la familia además de velar por el bien del enfermo.  Eso no se está haciendo.

 El andreso.